# 110 Fuck

Se sigue sintiendo raro, pero no duele tanto como al principio. O al menos conscientemente porque el pinche inconsciente me está traicionando una vez más.
Una vez más. Y de la manera en que aún no puedo controlar del todo: mis sueños.
¿Cómo es posible que ese estado que debería ser un proceso mental y químico cualquiera puede hacerme sentir así?

Aunque por fuera parezca que todo va marchando bien y que ya no me siento tan deprimida, ahí adentro es todo lo contrario, totalmente. Y despierto con esa fría sensación de vacío, como si no tuviera tripas ni corazón ni pulmones ni nada de eso.
Qué feo se siente, porque duele mucho pero solo en ratos cuando como que se acumula todo. Con una canción, con alguna foto, con algún poema, con algún comentario, con estar en algún lugar (uno que visito a diario y en el que estuve tantas veces contigo)... esos momentitos reviven fragmentos de sentimientos que están pinchándome el cerebro y la razón.

Ahora hay tantas estrellitas y florecitas y cosas de colores, tratando de sustituir tantas cosas que estoy dejando atrás, pero pienso en muchas cosas de mi mundo interior y creo que si pudiera alguien asomarse dentro de mi cabeza, me vería a mí sentada en medio del mismo infierno de hace años, taciturna, solitaria, en medio de un paraje en el que solo es posible vislumbrar corazones podridos, cadáveres putrefactos, y rosas que brotan de ese suelo fangoso que cubre mis pies.

Soñé que Frida, mi sobrina, mordía el tallo de una rosa y tenía dos espinas clavadas en la lengua, con una de las cuales atravesaba el ojo de mi hermana.
Soy terrible cuando no me lo propongo.